viernes, 11 de septiembre de 2015

EL REGIONAL DEL NORTE mi primer viaje a Tucumán




Argentina ocupa una superficie de 2 780 400 km cuadrados, y al ser tan basta, impide la realización de un torneo nacional de rugby durante todo un año, de modo, que se divide en varios campeonatos regionales (Los campeones, juegan a principio del año siguiente un campeonato nacional de mes y medio).
Tigres juega, junto con otros equipos salteños, tucumanos y de Santiago del Estero, el torneo regional del norte, cuya fama, es la de ser el torneo más duro de toda Argentina. Lo cierto es que hay varios viajes de hasta 500 km y puedes pasar de jugar a una altitud de 1600 m con gran sequedad y polvo, a jugar a altas temperaturas y muchísima humedad. Esto me hace recordar…
…Nunca olvidare mi primer viaje a Tucumán. Era nuestro primer partido de la temporada y nos tocaba con el subcampeón del año pasado (Tucumán rugby) que en ocasiones anteriores, ha sido campeón del Regional del norte, e incluso del torneo del interior (Torneo Nacional).
Nos citaron a las 7 de la mañana en una gasolinera conocida de salta, y ahí tomamos el colectivo (autobús) de dos pisos rumbo a Tucumán. Tardamos 4 horas y media, pero con el aire acondicionado y los asientos de cama y semi-cama no se hizo muy largo (realmente me dormí todo el viaje).
 Por fin llegamos al club de Tucumán rugby, y apenas puse el pie en el suelo el calor me tumbó. La temperatura había cambiado, ahora estábamos en el horno (expresión salteña que se traduce por “estamos jodidos”). El equipo nos llevó a la sala principal del quincho (bar-restaurante) del club, donde entre placas conmemorativas a jugadores pumas y  expumas de su club y copas de campeonatos ganados, nos dieron un plato de pasta ( en argentina es tradición dar de comer al equipo visitante antes del partido). Después nos dirigimos a los vestuarios atravesando gran parte del club, que tenía canchas de rugby y hockey de un verde espectacular, esperando ser destrozadas por la barbarie que se avecinaba.
Ya en el vestuario, en un silencio sepulcral nos cambiamos, entraron los entrenadores y dieron la charla motivadora. Todos estábamos nerviosos y al terminar repartieron las camisetas. A mí me dieron el 14… mi primer partido lo jugaría de wing (ala para los españoles). Salimos al campo y calentamos muy concentrados.
Finalmente, llegó el momento de la batalla, entonces los vi por primera vez: saltaron al campo 15 tucumanos vestidos de verde y negro arlequinado. Todos eran enormes montañas de músculos, los wings eran casi del mismo tamaño que los pilares, como hechos en serie… no era el momento de echarse atrás, asique salimos con todo.
La verdad es que peleamos duro, pero ellos corrían como aviones y tackleaban (placaban) como tanques. Al terminar la primera parte me dijeron que después iría de suplente con el primer equipo (es común en el norte de Argentina, que los suplentes para el primer equipo salgan de los jugadores titulares que han jugado anteriormente con el segundo equipo), yo sonreí y asentí pero realmente no daba más. Nos comentaron que había 45º de temperatura y un 99% de humedad, lo que explicaba porque cada vez que caía al suelo e intentaba respirar, en mis pulmones solo entraba magma en lugar de aire.
  Bueno os podéis imaginar cómo terminó todo, perdimos los dos partidos, aunque el pollo asado con puré de patatas del tercer tiempo calmo un poco el mal cuerpo.

La vuelta en bus fue silenciosa y  tranquila.  Reflexionando  entendí que me quedaba mucho por entrenar para ponerme a ese nivel, y a pesar de haber perdido estaba feliz porque veía un horizonte de aprendizaje y un nuevo nivel que superar.


0 comentarios :

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.