sábado, 26 de septiembre de 2015

LA PRE

…Los 300 espartanos de Leónidas, los mirmidones de Aquiles, las legiones de Julio César, los hunos de Atila, los mongoles de Genghis Khan… Nada comparable al tercer equipo de Tigre… La pre de Cobe y Fana.
Durante mi estancia en Salta he formado parte del primer y segundo equipo de tigre, pero la pre era otro mundo. El día que me mandaron a jugar con la pre, me enviaron como si de un castigo se tratase, como si me hubieran degradado para jugar a menor nivel, pero para mi sorpresa, fue todo lo contrario: encontré a un equipo que si bien no era el más entrenado (la mayoría de ellos eran veteranos o gente que laburaba mucho y no podía entrenar) era el equipo MÁS EQUIPO de todo el club. Un grupo formado a partir de corazón y amistad, que dentro del campo, a pesar de la indisciplina, jugaban compenetrados y con mucho orgullo, y por supuesto cuyo distintivo, cuyo deporte nacional, era faltarse al respeto continuamente, cuanto más fuerte era la falta de respeto entre los jugadores, más parecía que se unían sus lazos, y bueno, yo la verdad no tarde en hacerme un hueco y ser uno más del clan.
Junto a estos degenerados he viajado, he sangrado, he ganado, perdido, reido y llorado y por supuesto, emborrachado. Los he insultado a todos… a Alientazo, a Adiposo, a Efialtes (noooo pueeedooooo), los putos del Comandante y Electra, Baila borrachín (Kila/Sifón), Cara piña, el gordo Tonel, al Judío (y a la cagada que nos metieron a los españoles), Coco rallado, nuestro futuro hooker  el Gordo Chuncho, Pepe eterno capitán, a nuestro medio scrum hiperactivo… y a muchos más (no cabe todo el mundo).
 Realmente os echaré de menos.  Me voy con buen sabor de boca después de que me convirtierais en el try-man y pateador del equipo. Espero haber dejado algo de mí también con vosotros (aunque solo sea mi tonada de gallego).
Mañana se que pase lo que pase os vais a dejar la piel en la cancha, como siempre y que aunque sea en la distancia vamos a ganar juntos el partido más importante de la temporada, La gran final. Confío en vosotros hasta morir hermanos.
¡¡¡Una vez más VAMOS TIGRE!!!


Pd: Para todos los jugadores que se creen estrellitas, y bajan con la pre a “hacerles un favor”, les pido que se queden en su casa, Con la pre se juega con orgullo y humildad, nos sobran las “estrellitas”. la pre es Tigre y Tigre es la pre.












viernes, 11 de septiembre de 2015

EL REGIONAL DEL NORTE mi primer viaje a Tucumán




Argentina ocupa una superficie de 2 780 400 km cuadrados, y al ser tan basta, impide la realización de un torneo nacional de rugby durante todo un año, de modo, que se divide en varios campeonatos regionales (Los campeones, juegan a principio del año siguiente un campeonato nacional de mes y medio).
Tigres juega, junto con otros equipos salteños, tucumanos y de Santiago del Estero, el torneo regional del norte, cuya fama, es la de ser el torneo más duro de toda Argentina. Lo cierto es que hay varios viajes de hasta 500 km y puedes pasar de jugar a una altitud de 1600 m con gran sequedad y polvo, a jugar a altas temperaturas y muchísima humedad. Esto me hace recordar…
…Nunca olvidare mi primer viaje a Tucumán. Era nuestro primer partido de la temporada y nos tocaba con el subcampeón del año pasado (Tucumán rugby) que en ocasiones anteriores, ha sido campeón del Regional del norte, e incluso del torneo del interior (Torneo Nacional).
Nos citaron a las 7 de la mañana en una gasolinera conocida de salta, y ahí tomamos el colectivo (autobús) de dos pisos rumbo a Tucumán. Tardamos 4 horas y media, pero con el aire acondicionado y los asientos de cama y semi-cama no se hizo muy largo (realmente me dormí todo el viaje).
 Por fin llegamos al club de Tucumán rugby, y apenas puse el pie en el suelo el calor me tumbó. La temperatura había cambiado, ahora estábamos en el horno (expresión salteña que se traduce por “estamos jodidos”). El equipo nos llevó a la sala principal del quincho (bar-restaurante) del club, donde entre placas conmemorativas a jugadores pumas y  expumas de su club y copas de campeonatos ganados, nos dieron un plato de pasta ( en argentina es tradición dar de comer al equipo visitante antes del partido). Después nos dirigimos a los vestuarios atravesando gran parte del club, que tenía canchas de rugby y hockey de un verde espectacular, esperando ser destrozadas por la barbarie que se avecinaba.
Ya en el vestuario, en un silencio sepulcral nos cambiamos, entraron los entrenadores y dieron la charla motivadora. Todos estábamos nerviosos y al terminar repartieron las camisetas. A mí me dieron el 14… mi primer partido lo jugaría de wing (ala para los españoles). Salimos al campo y calentamos muy concentrados.
Finalmente, llegó el momento de la batalla, entonces los vi por primera vez: saltaron al campo 15 tucumanos vestidos de verde y negro arlequinado. Todos eran enormes montañas de músculos, los wings eran casi del mismo tamaño que los pilares, como hechos en serie… no era el momento de echarse atrás, asique salimos con todo.
La verdad es que peleamos duro, pero ellos corrían como aviones y tackleaban (placaban) como tanques. Al terminar la primera parte me dijeron que después iría de suplente con el primer equipo (es común en el norte de Argentina, que los suplentes para el primer equipo salgan de los jugadores titulares que han jugado anteriormente con el segundo equipo), yo sonreí y asentí pero realmente no daba más. Nos comentaron que había 45º de temperatura y un 99% de humedad, lo que explicaba porque cada vez que caía al suelo e intentaba respirar, en mis pulmones solo entraba magma en lugar de aire.
  Bueno os podéis imaginar cómo terminó todo, perdimos los dos partidos, aunque el pollo asado con puré de patatas del tercer tiempo calmo un poco el mal cuerpo.

La vuelta en bus fue silenciosa y  tranquila.  Reflexionando  entendí que me quedaba mucho por entrenar para ponerme a ese nivel, y a pesar de haber perdido estaba feliz porque veía un horizonte de aprendizaje y un nuevo nivel que superar.