jueves, 14 de abril de 2016

EL LOBO SOLITARIO




     

      No hay nada  más triste que un lobo sin manada. Un lobo que, por querer cazar a la presa por su cuenta, al final es derrotado por ella fallando al grupo; y, voluntaria o forzosamente, ha terminado alejándose de este, vagando por la nieve, esperando volver a formar parte de esa familia algún día. 

      Y sí, no fue una, sino dos veces las que he fallado a mi equipo esta temporada, jugando quizás partidos sin importancia o torneos de fiesta; me he perdido el partido que definía el ascenso  y posteriormente, en una segunda oportunidad, para redimirme y redimirnos, la fase de ascenso; que por supuesto aún no se ha disputado. 

      Ahora estoy aquí, en casa, escayolado con una recuperación muy larga mientras me lamento escribiendo esto… Pero de TODO se aprende;  y ahora toca vagar por la helada estepa, aprender de mis errores, apoyar a mis compañeros desde la lejanía en todo lo que pueda y regresar más fuerte que nunca.

     Ánimo a la manada, que nunca me ha fallado y siempre me ha empujado a seguir para delante; rodead a la presa, despacio, silenciosamente, y clavadle los dientes hasta desangrarla, no la dejéis escapar, porque es vuestra y de nadie más… Seguid las indicaciones del lobo sin pelo y todo saldrá bien.

      Y algún día este lobo volverá a la manada y le devolverá con creces todo lo que ella le ha dado antes. Vamos allá. 


LOBOS, LOBOS, LOBOS!!!



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