domingo, 18 de octubre de 2015

¡Gracias y hasta siempre!


     Ya ha pasado casi un mes desde que deje esas montañas, esa pequeña ciudad y esos amigos inseparables, ya he vuelto a mi rutina de siempre, a mis amigos de siempre y a mi equipo de siempre… pero no puedo evitar tener un vacio en el corazón, unas ganas de volver con ellos, con todos, con todo…
     
     Ahora solo me queda dar las gracias a SALTA, esa ciudad que me  acogió durante casi un año como uno más, a esa familia de TIGRE, a la pre, a la inter y a la primera, a los entrenadores, a Diego, que me resguardó en su casa hasta que nos dieron la nuestra propia, a Oso, sin él no habría podido ver esa otra forma de vida, ese rugby tan intenso que se respira en cada momento del día;  a mi amigo Chuncho, con el que he pasado grandes momentos, a las empanadas de Popolo, a mis preparadores físicos, a mis compañeros de trabajo, a mis chavales de la M16 y mis compañeros entrenadores, a tanta gente…
     
     Gracias a todos vosotros ahora soy un nuevo jugador de rugby y creo que en parte una nueva persona.
     
     Esto no es un adiós, es un hasta luego;  nos volveremos a ver en una cancha de rugby, eso os lo prometo.




¡Por TIGRE viva,  viva!   ¡¡¡  VIVA!!!