miércoles, 29 de julio de 2015

EL TRABAJO EN EL CLUB



DÍA 45 en el club: el calor es asfixiante… el polvo producido por el intenso paleo, lo envuelve todo formando una gran nube marrón a través de la cual es difícil ver y respirar.
Es el quinto día que estamos cavando pozos en el campo del club y esto parece nunca acabar, más que trabajadores, parecemos presos en un campo de trabajos forzados.
 De pronto escucho unas voces…
-          ¡break break! ¡saaaalga paleadoooor! ¡ESPAÑOL!-.
Entonces miro  arriba, y desde los pocos metros de profundidad que habíamos conseguido excavar, riéndose y tendiéndome una mano para salir y cambiar de excavador, estaban los “changos”, mis compañeros de trabajo, Carlitos (el más mayor y que más tiempo lleva trabajando para el club, unos 20 años) Claudio, que siempre esta  bromeando y Rodri (al que llaman sandunga) que siempre me llama español con una carcajada y unos aspavientos.

Esta puede que haya sido uno de los trabajos más duros que hemos tenido, cavar los pozos para colocar los cimientos de las torres de iluminación del campo. Normalmente nuestro trabajo es el de mantener el club limpio, el pasto (césped) corto y el material deportivo a punto, y si vemos que nos cansamos, pues reponemos fuerzas con un buen asadito, gaseosa o lo que haga falta… Es un trabajo entretenido, y  es mi verdadero entrenamiento para convertirme en el jugador definitivo (o eso es por lo menos lo que me dicen mis compañeros de trabajo).
Gracias a este trabajo que me proporciona el club para poder mantenerme con tranquilidad en Salta, he aprendido muchísimas cosas, entre las cuales figuran las de cortar troncos con machetes o conducir tractores, y todo esto rodeado de naturaleza, animales y rugby… ¿que más se puede pedir?